La banca ética

La banca ética es un concepto de banco que ha adquirido mucha popularidad en la actualidad. Ante los escándalos de corrupción de muchos banqueros y los acontecimientos relacionados con las preferentes en Galicia, son muchos los clientes que han perdido la confianza en los bancos tradicionales y que han decidido apostar por otro tipo de banca.

Sin embargo, la banca ética no es algo nuevo. De hecho, existen bancos que actúan de forma solidaria y que no actúan buscando sólo el beneficio propio, como puede ser el caso de Caixa Ontiyent, fundada en 1884.

Pero, ¿en qué consiste exactamente la banca ética y por qué tiene tan buena reputación? La banca ética es aquella entidad bancaria que concibe su actividad como un servicio que sea de utilidad a la comunidad que le rodea, buscando no sólo su propio beneficio económico, sino teniendo en cuenta también la satisfacción del cliente y las obras de carácter social que puedan contribuir determinados aspectos de la sociedad.

Características

La banca ética se caracteriza por los siguientes hechos:

  • En primer lugar, los ahorradores pueden y tienen derecho a conocer qué se está haciendo con su dinero y a qué se está destinando.
  • En segundo lugar, el dinero de los clientes y los recursos del banco se deben utilizan para financiar negocios o proyectos de carácter social, como la inserción en la social de personas excluidas, el fomento en la creación de empleo, la protección del medioambiente… Por otro lado, estos proyectos deben ser viables, de manera que no se generen pérdidas continuas que puedan dañar la confianza que el cliente deposita en la entidad.
  • En tercer lugar, la banca ética no se centra solamente en recuperar el dinero invertido y obtener beneficios, sino que tiene un marcado carácter de apoyo a obras sociales.
  • Por otro lado, la banca ética ofrece casi los mismos productos que otros bancos, con la diferencia de que en este caso se trata de servicios y productos solidarios que contribuyen al bien social. Algunos de estos productos son las libretas de ahorro solidario, las tarjetas de crédito solidario, los fondos de inversión solidarios, los bonos solidarios, los préstamos solidarios o los microcréditos.
  • También, como banco que es, la banca ética necesita financiación para seguir con su actividad, por lo que a veces es complicado combinar su actividad con la concesión de préstamos a empresas que pueden resultar poco viables a priori. A pesar de todo, la banca ética ha demostrado que sí que es posible hacer un modo distinto de banca y seguir adelante, obteniendo beneficios y, lo que es más importante, ganándose la confianza de sus clientes y una buena reputación que puede llevar a que más gente se anime a pasarse a su fórmula.

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